En Ayara Thai, un restaurante establecido en Los Ángeles por Andy y Anna Asapahu, se sirven platillos tailandeses auténticos y audaces con base en antiguas recetas familiares y nuevos sabores. Su hija mayor, Vanda, se describe como “hija del restaurante”, ya que pasó la mayor parte de su infancia dentro del establecimiento haciendo tareas escolares, cenando en la despensa trasera cuando el comedor estaba lleno y ayudando en la cocina.
En 2010, asumió el control de Ayara Thai como chef y propietaria, mientras que sus padres, hermanos y otros familiares siguen siendo parte fundamental del negocio. “Dado que crecí en este ambiente y fui testigo del arduo trabajo que realizaron mis padres en el restaurante a fin de mantenernos a mis hermanos y a mí, ahora considero que es mi responsabilidad asegurarme de que sus sacrificios hayan valido la pena”, comentó Vanda.
Hacer parte de una familia restaurantera requiere que te involucres desde una edad muy temprana, ya sea cocinando arroz y picando verduras, o pelando ajos y cortando cilantro. Básicamente, entrené toda mi vida para ser chef y propietaria de un restaurante.
Un equipo empoderado
Gran parte de la cultura familiar de Ayara Thai es impulsada por Anna, la madre de Vanda, quien siempre apoya a su equipo. “Todos en la cocina la llaman 'mamá'. El respeto que sienten por ella no proviene del hecho de que sea uno de los propietarios o de que sea la matriarca en la cocina”, destacó. “La respetan porque es realmente solidaria con el equipo y los apoya”. Esto ha influido en el estilo de liderazgo de Vanda, ya que le gusta empoderar a los integrantes de su equipo para que expresen sus opiniones y asuman la responsabilidad de los platillos, lo cual es muy útil para ellos en términos de aprendizaje y desarrollo profesional.
Asimismo, Vanda considera a sus clientes una extensión de la familia Ayara Thai. “Llevamos 17 años aquí. Por ende, hemos estado presentes en las diferentes etapas de las vidas de nuestros clientes”, explicó. “Hemos presenciado tanto las primeras citas como las rupturas de muchos y hemos tenido la oportunidad de prestarles servicio de catering en bodas, baby showers y, lamentablemente, funerales. Los consideramos parte de nuestra familia y hemos sido parte de sus vidas”.
Incorporando a DoorDash a la familia
Andy, el padre de Vanda, tuvo la previsión de ofrecer entregas a domicilio cuando inauguraron el restaurante en 2004; en ese entonces, manejaban la logística de manera interna. “Todos y cada uno de los miembros del equipo, incluidos mis hermanos y yo, fuimos repartidores”, recuerda Vanda. “Teníamos que dejar lo que estuviéramos haciendo, ya fuera algún trabajo escolar o cualquier otra labor, para ayudar con las entregas. Nunca tuvimos suficientes repartidores ni el tiempo suficiente para realizar todas las entregas”.
Con el tiempo, la demanda de comida a domicilio fue demasiado abrumadora y, en 2016, Vanda y su equipo decidieron asociarse con DoorDash. Además de ayudarlos a llegar a nuevos clientes, la incorporación de DoorDash a la familia Ayara Thai les permitió concentrarse menos en la logística de las entregas y más en lo que de verdad les importa. “Ahora dedicamos más tiempo a preparar la comida y empacarla, cerciorándonos de que no se vaya a derramar y llegue caliente y deliciosa a nuestros clientes”, comentó Vanda. “Esta alianza nos permitió enfocarnos en lo que mejor hacemos”.
DoorDash nos ayuda a personificar el espíritu familiar de nuestro negocio a través de su comunidad de repartidores. Siempre le recuerdo a nuestro equipo que deben tratar a los repartidores de DoorDash de la misma manera en que tratan a los clientes. Son parte de nuestra familia, nuestro éxito y nuestra historia, así que estamos muy agradecidos de tenerlos.
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