“Cuando presentamos nuestros productos, aún observamos que algunas personas sienten intriga, por decirlo de alguna manera”, dice Mellini Monique Bramlett sobre la experiencia de vender palomitas de maíz Herby PoP en Chicago, su ciudad natal. “Preguntan: ‘¿Ustedes hacen esto? ¿Ustedes lo comercializan? ¿Ustedes lo empaquetan?’. Sabemos que, en realidad, se preguntan cómo una familia de color pudo crear esto”.
Historias como esta son el motivo por el que creamos el Acelerador para productos locales, del cual Mellini Monique se graduó recientemente. Se trata de un programa educativo diseñado para mejorar los negocios locales de bienes de consumo empaquetados, cuyos propietarios son emprendedores que pertenecen a grupos minoritarios, como mujeres, personas transgénero, inmigrantes o personas de color (en mi última historia, escribí sobre otro negocio que completó el programa, Bo-yi).
Herby PoP está a cargo de Mellini Monique y su esposo, Brodie. Juntos, combinan palomitas de maíz gourmet, orgánicas y caseras con sabores internacionales como Malagasy Vanilla, Jollof PoP y Masala Munch, inspirados en gastronomías de diferentes lugares del mundo. Detrás de los sabores artesanales de Herby PoP, hay una empresa B con la misión inspiradora de abrir las papilas gustativas de los clientes a hierbas naturales, culturas variadas y sabores que no ponen en riesgo la salud.
Evolución como emprendedora
En el caso de Mellini Monique, su recorrido hasta llegar a ser una emprendedora comenzó a una edad muy temprana. “¡En realidad, comencé con un puesto de limonadas!”, cuenta. “Cuando tenía aproximadamente 10 años, mi abuela hospedó a todos sus nietos durante un verano, con el requisito de que cada uno de nosotros emprendiéramos un negocio. Así que me levantaba todos los días a las 5 a. m., horneaba y, luego, vendía galletas en el sur de la ciudad [de Chicago], donde crecí”.
Sin embargo, la vida familiar pronto le brindó a esta joven emprendedora una concepción diferente del valor del dinero. “Al principio, mi madre y mi padre eran de clase media, pero luego enfrentamos momentos muy difíciles, por lo que tuve que acudir a lo que me inculcaron cuando era una niña pequeña e implementarlo nuevamente en la escuela secundaria, donde vendía dulces, que guardaba en otra mochila”, cuenta. “Los vendía en el tiempo libre que tenía entre clases, antes de la escuela y después, si aún me quedaban existencias”.
Aprendí a ser fiel a mis convicciones, a presentar el producto, el “por qué”, y a manejar diferentes temperamentos y clientes.
Si bien Mellini Monique fue dueña de un espíritu emprendedor desde pequeña, su recorrido hasta convertirse en emprendedora tuvo algunos paréntesis. Fue la primera de su familia en graduarse de la universidad; poco después, Mellini Monique se unió a la Fundación Abell y comenzó a desempeñarse como capellana en un internado para varones en Nanyuki, Kenia. Cuando regresó a los EE. UU., trabajó como dramaterapeuta en hospitales locales. Sin embargo, no tardó en desilusionarse del sistema médico, lo que la llevó a convertirse en médica misionera.
“Realizaba mucho trabajo médico misionero; ayudaba a las personas a cambiar su estilo de vida de lo que llamamos SAD (dieta estadounidense estándar)”, cuenta. “También sabía que la sal y el azúcar contenían algo que nos aportaba esas dosis de dopamina que queríamos para sentirnos bien: ¡hola, comida chatarra! En ese momento, hacíamos palomitas de maíz con hierbas en casa para nuestros hijos, sin ingredientes procesados. Un día pensamos: ‘¿y si compartimos esto con nuestros clientes?’”.
Perseverancia en momentos difíciles
Aunque Mellini Monique y Brodie preparaban y regalaban las palomitas de maíz con hierbas, los clientes insistían en pagar. “Si las personas querían pagar, dejábamos que pagaran lo que podían”, dice. “Pero identificamos esto como una fuente de ingresos para seguir haciendo algo bueno y, por supuesto, poder alimentar a nuestros seis hijos en etapa de crecimiento.
Poco después de que convirtieran a Herby PoP en un negocio, la pandemia cambió todo. Para Mellini Monique, fue un golpe doble. “Como tenemos que brindar cierta educación para mostrar cómo saben las palomitas de maíz con hierbas, siempre nos gustó vender en tiendas fugaces”, comenta. “Pero la pandemia hizo que las tuviéramos que cerrar. Como si eso fuera poco, tuvimos que dejar un espacio de fabricación de palomitas de maíz compartido”.
Para muchos, esto podría haber sido la última parada antes de cerrar definitivamente. Pero, en cambio, Mellini Monique y Brodie apelaron a la creatividad. “Comenzamos a organizar conversaciones en vivo en Facebook e Instagram sobre el sabor, la cultura internacional y el bienestar”, recuerda. “Los clientes regresaban y decían: ‘Excelente, solo díganme cuándo puedo volver a ordenar’. Poco a poco, pudimos reabrir las tiendas fugaces y estar en una cocina donde podíamos preparar palomitas de maíz durante la noche”.
Reducir las brechas de conocimiento por medio de la educación
Los negocios a los que se les permite utilizar el Acelerador para productos locales se someten a un programa de inmersión de seis semanas, en el que los participantes aprenden sobre temas tales como ventas al por mayor, administración financiera y marketing, entre otros. El programa, diseñado para pequeñas empresas que buscan acceso educativo y económico para hacer crecer su negocio, otorga una subvención de $5,000 a cada empresa. Los emprendedores también tienen acceso a asistencia en marketing y ventas de DoorDash, además de la oportunidad de llegar a una base de clientes más amplia y de poder incorporar sus productos en DashMart, una tienda de comestibles y conveniencia cuya propiedad y administración está a cargo de DoorDash.
Si bien Mellini Monique quiere que DoorDash ayude a Herby Pop a convertirse en una marca nacional, la empresa disfruta de atraer a socios comunitarios locales y trabajar con ellos para educar a los consumidores. “No tenemos sabores etíopes, pero el masala, como el que utilizamos en nuestro sabor Masala Munch, tiene un perfil de sabor muy similar a la gastronomía etíope”, explica. “Invitamos a Tigist Reda, propietaria de Demera Ethiopian Restaurant, a que viniera al programa y hablara sobre su cultura. Eso nos ayudó a entablar una relación sólida con ella y, de esa manera, reducir la brecha cultural”.
Que un negocio pequeño como el nuestro esté conectado con una empresa tan grande como DoorDash nos aporta credibilidad. Las personas nos dejarán de llamar “ese pequeño negocio” cuando nos vean junto a las principales marcas nacionales en la plataforma.
Para Mellini Monique, tanto educar a los clientes sobre los alimentos que son relevantes a nivel cultural como ayudarlos a examinar los alimentos que consumen tienen la misma importancia. “Cuando veas un producto con ‘sabores naturales’, averigua qué quieren decir las empresas con esa frase: debes saber exactamente qué contiene tu refrigerio favorito”, dice. “Cada una de nuestras bolsas tiene un sabor ligeramente diferente porque en cada puñado de hierbas que utilizamos para condimentarlas hay diferencias sutiles. Probablemente, a los grandes fabricantes de palomitas de maíz eso les parezca insignificante. Pero eso es comida real; de hecho, buscamos esas diferencias”.
Fue un placer conocer más sobre el recorrido de Mellini Monique. Para ver más publicaciones, explora nuestra serie Alcanzando el éxito, en la que hablamos con emprendedores que hacen crecer su negocio y, a la vez, sirven a sus comunidades.